Un triste viaje
Del placer al deber
DOI:
https://doi.org/10.59057/iberoleon.20075316.201416465Palavras-chave:
futbol, deporte espectáculo, desempeño, valoresResumo
El futbol como deporte formal y organizado mundialmente es un espectáculo global. También lo es como negocio. Jugadores, técnicos, equipos y público, todos ellos antiguos actores hoy reducidos a la calidad de factores, contribuyen de manera determinante a que el futbol sea la industria de espectáculo más redituable de la actualidad. Paradójicamente, los criterios industriales que dominan la dinámica actual del futbol y pretenden darle el carácter espectacular que el mercado requiere, parecen lastimar aspectos esenciales del juego que nació en el ámbito educativo de los colegios británicos del siglo XIX como un medio de formación de la juventud y que en el transcurso de ciento cincuenta años de historia, ha enamorado a millones de personas en todo el mundo por la belleza y disfrute que genera a su alrededor. La ética del futbol actual es una construcción realizada a partir de los valores que el mercado otorga a los actores del futbol, lo que si bien les convierte en bienes de consumo, efímeros, consumibles y desechables, aún brinda alternativas para la toma de nuevas y diferentes posturas personales frente a la imparable evolución del juego.
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